La “fuga de capitales” desde 2007 acumula 43.180 millones de dólares (8% del PBI).
Es importante analizar en este tema cuestiones relativas a: a) relación con las reservas, b) destino del movimiento (local o extranjero) y c) aceleración de la salida de los fondos del sistema financiero.
En el primer semestre la salida fue de 11.195 millones de dólares, en forma persistente pero no incrementada en relación a los fuertes movimientos del 2008 en el medio de la crisis del campo mientras que el superavit primario fue de solo 6.000 millones.
Balance fiscal e incertidumbre sobre su ajuste (no se sabe con que dinero se lo cubrirá), productividad, confianza política, papel de BCRA y sus aportes financieros (ejm. Pago Boden 2012) son los temas que impactan en el análisis de la fuga.
Si los fondos se siguen dolarizando, dejan sin resto al sector público a la hora de incrementar reservas y de proveer liquidez al mercado financiero, profundizando la recesion.
Hasta la crisis del campo, el único comprador de divisas era el Banco Central, que como contrapartida emitía pesos que volcaba al mercado y alimentaba así al circuito monetario.
En los primeros meses de 2009, con el problema de fondo subsistente y más aún, tendiendo a agravarse, a pesar de los estrictos controles de AFIP, CNV y Banco Central sobre los grandes compradores.
La salida de capitales del sistema es consecuencia de las expectativas negativas de los agentes económicos y del clima de desconfianza que impera en la actualidad.
La mayoría de los argentinos, ante el temor optan por ahorrar, retirar los depósitos y comprar dólares para dejarlos en el placard o en cajas de seguridad. Esta medida tiene como principal costo una caída en el nivel de la producción, básicamente porque se estanca el consumo.
Hoy en día, merced a los controles que ejerce la Secretaría de Comercio Interior sobre las mesas de dinero y las propias compañías para evitar la compra, el movimiento de billetes se explica por la demanda minorista.
Uno de los grandes canalizadores de los fondos que emigran es Uruguay. En el último año, los depósitos de no residentes, dentro de los cuales se estima que un 90% es de residentes argentinos, creció un 40 por ciento.
Cabe apuntar que esta suba supera en casi diez puntos al crecimiento registrado por los plazos fijos en esa moneda radicados en bancos argentinos.
Se consideran que este año podrían fugarse unos u$s20.000 millones que se sumarían así a los u$s23.000 millones de todo el 2008.
Si se mantuviera este nivel, tendríamos a fin de año una cifra cercana a los u$s 20.000 millones, frente a un saldo comercial de u$s15.000 millones, por lo que habría un faltante de u$s5.000 millones".
El Gobierno necesita a la hora de financiar el pago de deuda u$s8.800 millones para este segundo semestre, entre capital e intereses.
Ante este escenario de difícil solución se espera que la ANSES, el Banco Nación y el Central sean quienes ayuden a cerrar este agujero, aunque también se ve más de cerca la necesidad de recurrir al crédito externo.
Aunque el Banco Nación le preste al Tesoro $9.000 millones y use unos $1.000 millones de adelantos transitorios del BCRA, al Tesoro no le alcanzarán los pesos para comprar los dólares que necesita sin financiamiento de un organismo internacional, con lo cual necesitara usar reservas.
En resumen: Con este escenario, salida de capitales, déficit fiscal y comercial, reservas del BCRA y vencimientos de deuda, es poco probable que en el corto plazo haya default de títulos públicos y devaluación en el formato 2001, pero si reprogramación de los vencimientos y devaluación administrada al estilo y aceleración que viene ocurriendo.
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