Como es sabido, los recursos son escasos y el ser humano, como ser económico y, por consiguiente racional, trata de lograr una asignación eficiente de tales recursos.
En términos financieros, los recursos escasos son las disponibilidades financieras que queremos invertir y una asignación eficiente de tales recursos exige una correcta elección de los activos en que queremos materializar nuestra inversión.
Para poder elegir eficientemente entre los diversos activos que se negocian en un mercado es necesario saber si el precio que para los mismos determina dicho mercado es o no una señal exacta de su valor. Sabemos que esto es así en los mercados eficientes, en los cuales los precios son buenos indicadores de una asignación correcta de los recursos.
Por otra parte, todo inversor que se acerque a un mercado con la idea de comprar o vender los bienes que en él se negocian debe previamente dar respuesta a dos preguntas: qué bien es preferible comprar o vender de los varios que se negocian en dicho mercado y cuéndo es el mejor momento para hacerlo. Los mercados financieros no sólo no escapan a esta regla, sino que han sido objeto de estudio en lo que ha búsqueda de respuestas a estas cuestiones se refiere.
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