miércoles, 15 de diciembre de 2010

MEDIDAS ESTADÍSTICAS APLICADAS AL MERCADO DE CAPITALES

Uno de los aspectos más interesantes que consideran los inversores a la hora de invertir en los mercados financieros es la posibilidad de determinar el comportamiento de las cotizaciones de los diferentes valores que componen el mercado analizando las características que identifican la evolución de sus precios en el tiempo. Muchos de estos caracteres son imprescindibles para formar una cartera de valores que se adapte a las necesidades de cada accionista, adecuándose a su perfil de riesgo y a sus expectativas de beneficios futuros, por lo que resulta muy útil su conocimiento.
Estos conceptos, que desde un punto de vista intuitivo emplea todo inversor, pueden ser formalizados aplicando diferentes técnicas estadísticas, bajo la consideración de que los precios de las cotizaciones son en realidad series temporales de valores con una determinada evolución o distribución, de los que se derivan diferentes estadísticos o cálculos que definen su comportamiento, la simplifican y la convierten en fuente de información relevante para la toma de decisiones económicas.
En el tratamiento de esta información podemos trabajar directamente sobre la serie de precios. Sin embargo, también podemos centrarnos en los beneficios periódicos que se generan (o rentabilidades) que se derivan de las alteraciones constantes de los precios entre dos momentos de tiempo determinados.
Dos de las unidades de medida más significativas que caracterizan una serie temporal da datos o rentabilidades son las siguientes:
• Unidades de posición central: permiten determinar estadísticamente los valores medios de una distribución de datos, convirtiéndose en una primera aproximación a las expectativas de rentabilidades o beneficios futuros. Las unidades más aritméticas, la moda y la mediana.
• Medidas de dispersión: permiten determinar estadísticamente la variabilidad de una distribución de valores, valorando el riesgo de la inversión en el activo financiero correspondiente. Proporcionan una cuantificación que tiene la rentabilidad real de diferir de la rentabilidad esperada. Las medidas de dispersión más empleadas son el rango o recorrido, la varianza y la desviación típica como medida de la volatilidad de un valor.
Ambas unidades, que se calculan siempre sobre las series temporales históricas, definen binomio de rentabilidad, riesgo que caracteriza el comportamiento de todo valor o acción, y que habitualmente tiene en mente todo inversor al ejecutar sus decisiones económicas. Sin embargo, su relevancia queda fundamentada desde un punto de vista teórico en el hecho de que la serie de rentabilidades se distribuye de manera normal, similar a una campana, en la que las rentabilidades se centran en torno a un valor y se dispersan por igual a ambos lados. Ello determina la utilidad práctica de la media como medida de expectativa de rentabilidad futura, y la varianza o volatilidad como medida de riesgo. En caso contrario sería preciso contar con información adicional sobre la forma de la campana.
Si consideramos que todo inversor suele adoptar diferentes posiciones en el mercado, comprando diferentes acciones, no debe valorar solo el comportamiento de cada valor de manera aislada. Debe comprobar cómo la aportación de cada título afecta a la evolución de su cartera en los mismos términos de rentabilidad- riesgo analizado. Para ello resulta relevante comprobar la correlación entre los valores, algo que medimos habitualmente con dos estadísticos: el coeficiente de correlación y la covarianza.
En esta situación cada inversor buscará aquella cartera de valores que le reporte una mayor rentabilidad con un menor nivel de volatilidad, adaptándose así a su perfil de riesgo. La diversificación de títulos que componen su cartera le permitirá igualmente diversificar y limitar su posibilidad de pérdida al dispersar sus recursos en diferentes activos, disminuyendo la volatilidad si la relación entre los valores así lo determina.
En este análisis los inversores deben valorar el comportamiento de cada acción en relación al propio mercado, al tratarse de la cartera más diversificada con que podemos contar. Medir la evolución de cada título en relación a esta cartera también sería una medida de riesgo, al definir si se comportan con mayor o menor volatilidad a lo largo del tiempo.
Estos argumentos permiten valorar la importancia de conocer, a la hora de invertir, conceptos tales como la media, la desviación típica, correlación, diversificación, volatilidad o riesgo.

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